El 7 de julio de 2011 el equipo mexicano disputo las semifinales de la copa en contra del equipo de Alemania. Julio Gómez abrió el marcador a los 3 minutos de comenzar el partido. Posteriormente, mientras Jonathan Espericueta marcaba un gol olímpico para hasta ese momento, empatar el marcador, Julio Gómez chocó con el delantero Samed Yesil, provocándole una herida en la cabeza. Al ya estar hechos los tres cambios permitidos, Gómez reingresó al campo de juego sólo con un vendaje. En el último minuto del tiempo reglamentario, Gómez marcó un gol de chilena que le daría la victoria al equipo local por 3-2. Sus hazañas le valieron el ser nombrado el jugador mas valioso en ese partido por parte de la FIFA, así como el apodo de “la momia Gómez”. Del mismo modo, las hazañas colectivas del equipo y su corta edad les valieron el ser comparado con “los niños héroes” quienes históricamente fueron unos jóvenes cadetes quienes lucharon por el país en contra de la invasión extranjera.